Un comunicado de dicha instancia se refirió a la intención de garantizar los empleos de los mil 200 trabajadores de la refinería PCK de Schwedt, en Brandeburgo, ante esa posible medida de Moscú.
El secretario de Estado de ese ministerio, Mchael Kellner, dijo que las luces no se apagarán de manera inmediata.
Kellner realizó una visita a las instalaciones de PCK en Schwedt/Oder, situada en las inmediaciones de la frontera con Polonia.
Explicó que de momento existen reservas estratégicas de crudo para que tanto los empleados como las empresas puedan seguir trabajando.
El oleoducto Druzhba (amistad) termina en Schwedt con petróleo procedente de Rusia y la refinería en Schwedt es propiedad mayoritaria de la empresa estatal rusa Rosneft.
El titular de la citada cartera, Jörg Steinbach, se mostró cauto ante la posibilidad de expropiar la refinaría. Pese a ello, consideró la medida como último recurso.
Los problemas que avizoran las autoridades germanas tienen relación con la guerra de Ucrania y el posible efecto bumerán de las sanciones de Occidente contra Rusia.
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