Karl Heinrich Marx, que del alemán se traduce al castellano como Carlos Enrique Marx, nació el 5 de mayo de 1818, en Tréveris, Alemania.
Marx escribió sus principales obras, El Capital y Manifiesto del Partido Comunista, durante el siglo XIX, trascendente por el propósito de liberar a la clase obrera europea de la alienación en que vivía y el método científico para indagar la realidad.
Su pensamiento rechaza las recetas absolutas y constituye un fundamento al cambio y la negación permanente, propios de la dialéctica que excluye toda idea de absolutidad.
Además, incursionó en la práctica del periodismo y la política, proponiendo siempre en su pensamiento una unión entre teoría y práctica.
De acuerdo con el también filósofo británico Isaiah Berlín, autor del texto Karl Marx: su vida y su entorno, desarrollar el socialismo científico, el comunismo moderno, la teoría del valor-trabajo, la idea del plusvalor, la lucha de clases y la concepción materialista de la historia son solo algunos de sus aportes al pensamiento mundial.
En Cuba, su pensamiento marxista no tuvo hasta 1959 la fuerza ni caló con la profundidad de otras ciencias sociales como la Historia, la Economía, la Literatura o el Arte.
Hoy, a 104 años de su natalicio, Prensa Latina conversa con la licenciada María González, filósofa y profesora en el Instituto Superior de Diseño Industrial.
Al referirse a la evolución del pensamiento marxista desde 1959, González afirmó que en Cuba el marxismo, sin ser creación autóctona, ha sido aceptado de manera consensuada y se ha mezclado con diversidad de visiones en nuestro ajiaco cultural.
Además, el marxismo autóctono es instrumento orientador en la conducción de la sociedad en transición postcapitalista, consideró la especialista.
Los aportes epistemológicos y metodológicos del marxismo cubano trascienden límites geográficos, culturales y temporales y constituyen la fuente de una Ciencia Política nueva y específica para los pueblos del sur, destacó.
Concebir interpretaciones múltiples, considerar las complejidades, incertidumbres e interconexiones y adecuar los métodos y medios de reflexionar y enseñar al ritmo de las realidades, no de las instituciones y doctrinas, es pensar como marxista, estimó.
En opinión de la profesora de Filosofía, la aspiración del marxismo siempre será la construcción de un sistema social más justo. Considero que la actualización del marxismo a nuestra realidad será siempre la mejor apuesta, enfatizó.
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