Las nuevas medidas incluyen la congelación de activos de 141 personas, entre ellas el primer ministro ruso Mijaíl Mishustin y funcionarios de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Luhansk, precisa un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón.
Además, prohibieron las exportaciones a 71 entidades relacionadas con el ámbito militar como astilleros e instalaciones de investigación, junto a la venta de bienes avanzados al país euroasiático, entre los cuales destacan ordenadores cuánticos e impresoras 3D.
El secretario en jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno, reiteró en conferencia de prensa que también impondrán un embargo sobre el petróleo ruso y adoptarán otras medidas “adecuadas” en coordinación con el Grupo de los Siete y la comunidad internacional.
Japón engrosa así su paquete de acciones punitivas contra Rusia, criticado fuertemente por Moscú.
Al respecto, la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, indicó a mediados de abril que Tokio “cumple con las instrucciones que recibe desde la otra parte del océano e impone una agenda ideologizada a sus socios extranjeros”.
La funcionaria subrayó que las actuales autoridades japonesas “destruyen de manera sistemática el desarrollo positivo de la cooperación mutuamente beneficiosa construida con esmero por sus predecesores durante muchos años”.
Desde el pasado 24 de febrero, Moscú sostiene que su ofensiva persigue la defensa de la población de Donbass, junto a la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania.
Asimismo, el Kremlin indicó que otras condiciones para el fin de las hostilidades son el no ingreso de Kiev a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el establecimiento de garantías de neutralidad militar de ese Estado y el reconocimiento de la reunificación de Crimea a Rusia.
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