Así definió Rosana Palacios, vicepresidenta de la Unión Nacional de Educadores (UNE), la medida de hecho iniciada el martes 3 de mayo por cerca de una treintena de personas, fundamentalmente profesores, en Quito y Guayaquil.
En entrevista con Prensa Latina, a propósito de los siete días de la acción, la dirigente nacional de la UNE consideró la huelga como una decisión de muy alta convicción y una obligación ante gobiernos que trabajan solo para grupos y no a favor de la mayoría.
Según explicó, ya se empiezan a sentir las consecuencias de no ingerir alimentos, pero esa forma de protesta generó un tejido social que permite emanar la solidaridad de muchas personas, quienes los visitan y aportan con vituallas necesarias como agua y caramelos, entre otros productos.
Asimismo, saludó la difusión de la acción, principalmente a través de medios alternativos, lo cual posibilita mostrar la determinación y visibilizar los reclamos del magisterio público a nivel nacional e internacional.
“Ecuador vive una realidad dolorosa por la cual nosotros tenemos que asumir esta medida de resistencia para ser escuchados”, enfatizó.
Al respecto, recalcó que al lugar instalado frente a la Corte Constitucional llegaron maestros, incluso a propósito del Día de las Madres, celebrado en todo el país el pasado domingo y que generó sentimientos encontrados, pues entre los huelguistas hay mujeres, quienes pasaron la jornada separadas de sus hijos y esposos.
Sobre ese particular aprovechó para agradecer por un programa realizado en las afueras de la Corte para las mamás, lo que estimó como un mensaje de respaldo a esas féminas luchadoras por los hijos de la patria en general.
En cuanto al apoyo, acotó que se acercaron asambleístas nacionales, entre ellos Salvador Quishpe, Manuel Medina (miembro de la comisión parlamentaria de Educación), e Isabel Medina, quien presentó un recurso de Amicus Curiae con la finalidad de ayudar a la Corte a conocer las fuentes de financiamiento y entender la equiparación salarial como un derecho humano.
También explicó que cumplida la semana sin ingerir alimentos y con síntomas cada vez más visibles como mareos, dolor de estómago, fatiga y calambres, los huelguistas se reunieron y ratificaron el compromiso de no levantarse hasta escuchar la resolución de la Corte, única institución del país habilitada para resolver el tema de la equiparación salarial.
Igualmente, resaltó los cierres de vía protagonizados por profesores en las provincias de Manabí, Pichincha, Tungurahua, Santo Domingo de los Tsáchilas y Guayas en solidaridad con los huelguistas y para exigir respuesta rápida de las autoridades, pues está en riesgo la vida de decenas de personas.
Palacios aprovechó el momento para adelantar que el venidero jueves 12 de mayo miles de docentes tomarán las calles de Quito en acompañamiento a los protestantes y en espera del pronunciamiento de los jueces.
«Quienes estarán junto a nosotros son parte de la resistencia y de este tejido social que nos ha demostrado en 78 años de vida que ese es el único camino ante los gobiernos de siempre», concluyó.
La lucha de los maestros busca reivindicar sus derechos laborales y hacer justicia frente a la negativa del Ejecutivo de admitir las modificaciones a la LOEI, aprobadas tras una resolución de la Corte Constitucional que avaló un alza en los pagos mensuales de los educadores del sistema público.
Desde la UNE, los docentes mostraron las diferentes vías de financiamiento al incremento salarial, que van desde la recaudación del Impuesto al Valor Agregado, al uso del excedente en la venta de petróleo.
Para hacer efectivo el pago se requieren 500 millones de dólares, pero el gobierno insiste en que carece de esos fondos, lo cual generó rechazo en el sector dedicado a la enseñanza y en otros grupos sociales de este país andino.
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