Ivestigador principal de ese instituto y exasistente especial del presidente Ronald Reagan, en un artículo de opinión en el sitio https://original.antiwar.com, Bandow afirmó que los estadounidenses no quieren una guerra con Rusia Ante la posibilidad real de un enfrentamiento entre las dos superpotencias el problema no son los fines, más bien, son los medios, según señaló recientemente el columnista del New York Times, Tom Friedman.
Llama la atención el experto que la implicación de Estados Unidos en la confrontación ruso-ucraniana no dejó de aumentar, mientras funcionarios desde el presidente hacia abajo dicen al mundo que Washington utiliza esencialmente a Kiev como un arma para luchar contra la Federación Rusa.
Bandow estimó que Friedman no está solo en sus temores, ya que incluso sectores en su mayoría políticamente conservadores y fuertemente patrióticos, algunos con antecedentes militares, se oponen en general al plan del presidente de gastar los recursos del contribuyente en el conflicto.
El hecho de que el objetivo de la administración pasara de defender a Ucrania a derrotar a Rusia hacía cada vez más posible una guerra a gran escala, indicó.
Agrego que el pueblo estadounidense, en contraste con quienes hacen la política exterior de Estados Unidos, entiende que el peor resultado no es una pérdida por parte de Kiev, sino la entrada de Washington, con horrores que sólo podrían imaginarse.
Al respecto indicó que los activistas pacifistas estadounidenses de todo el espectro discrepan sobre la conveniencia de la ayuda militar. Sin embargo, todos coinciden en que la implicación de de la Casa Blanca es cada vez más arriesgada ya que invitan “a las represalias y a la guerra”.
Subrayo Bandow que cualquier guerra es peligrosa, y una en la que algunos combatientes y potenciales participantes tienen armas nucleares es mucho peor, por lo que, dijo, el pueblo estadounidense debería insistir en que el Partido de la Guerra se convierta en el Partido de la Paz.
El experto de Cato alertó que si no se produce una ruptura brusca en la política, los estadounidenses se encontrarán de nuevo en guerra por nada, salvo por el vano deseo de dominar la tierra.
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