Al participar en el cierre de campaña en la región este del valle de la Bekaa, Nasrallah insistió en que acudir el día 15 a las urnas constituye un mensaje para quienes conspiran contra el futuro de los libaneses.
El jefe de la resistencia islámica libanesa denunció las acusaciones, calumnias y estrategias financieras que mantienen algunos políticos, al tiempo que defendió un proyecto de trabajo entre todos.
Nasrallah subrayó que las armas de la resistencia no impidieron reparar la electricidad, construir represas, ni provocaron la crisis de las últimas décadas.
En ese sentido, el líder de Hizbulah responsabilizó a Estados Unidos de impedir que el mundo invierta en el país y del robo del dinero de los depositantes.
A su vez, repudió el asesinato de la periodista Shireen Abu Aqleh, testigo de masacres y opresión de las fuerzas sionistas en la ocupada Palestina. Por otra parte, Nasrallah reiteró su compromiso con el retorno de las relaciones normales entre Líbano y Siria para el beneficio de ambas naciones, “especialmente de la región de la Bekaa”.
Hizbulah representa un escudo de protección de Líbano tras sus victorias en el año 2000, cuando expulsó a los ocupantes israelíes, y en 2006, que derrotó en 33 días una invasión de los vecinos del sur.
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