Un avión de Yemen Airways, con 151 pasajeros a bordo, partió rumbo a Amán, Jordania, informaron fuentes noticiosas de los rebeldes hutíes, que controlan esa ciudad desde su levantamiento contra el Gobierno en 2014.
Desde entonces, Saná y amplias zonas de este país se encuentran bajo el poder de la milicia, pese a los repetidos reclamos de la ONU para finalizar la guerra.
El 2 de abril entró en vigor el cese de las hostilidades tras las negociaciones dirigidas por el enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg.
El acuerdo prevé la suspensión de “todas las operaciones militares ofensivas aéreas, terrestres y marítimas dentro de Yemen y más allá de sus fronteras”.
Como parte de la iniciativa, hasta 18 buques podrán descargar combustible en el puerto de Al Hudeida, controlado por los hutíes, y por el cual ingresa al país dos tercios de la ayuda humanitaria.
Además, según lo firmado, se permitirían dos vuelos comerciales a la semana desde y hacia Saná con destino a Jordania y Egipto.
Aunque varios buques descargaron combustible en las últimas semanas, hasta la fecha el aeropuerto internacional de Saná continuaba cerrado.
En los últimos meses se intensificaron los esfuerzos por alcanzar una solución negociada al conflicto, que provocó una de las más grandes crisis humanitarias en el mundo.
En ese sentido, en abril el gobernante Abd Rabbu Mansour Hadi cedió el poder al Consejo Presidencial de Liderazgo, una organización integrada por ocho miembros que asumió el mandato ejecutivo del país.
Aunque los hutíes no están representados en esa institución, dirigida por Rashad al Alimi, sí lo están diversos grupos sociales y políticos de esta nación árabe.
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