Por medio de un comunicado, el titular también elogió al presidente saliente Mohamed Abdullahi Farmajo por aceptar inmediatamente los resultados de las elecciones y expresar apoyo a su sucesor.
Guterres manifestó su esperanza de que el nuevo mandatario se mueva rápidamente para formar un gabinete inclusivo, y que su gobierno y los Estados miembros federales trabajen en estrecha colaboración en función de las prioridades nacionales críticas y los desafíos que enfrenta Somalia.
Asimismo, reiteró el continuo apoyo de las Naciones Unidas al Gobierno y al pueblo somalí y dijo que espera continuar trabajando con la nueva administración para avanzar en la agenda de construcción del Estado y abordar la grave situación humanitaria en ese país.
Según la prensa local, en sucesivas rondas de votaciones en el parlamento somalí, la víspera Mohamud venció finalmente por 214 votos frente a 110 a su contrincante, el presidente saliente, quien ha estado en el poder durante los últimos cinco años.
Luego de que Farmajo admitiera públicamente su derrota, el mandatario entrante juró de forma inmediata su cargo como gobernante de ese territorio, dividido y sin un gobierno central fuerte desde que milicias aliadas derrocaron en 1991 al ya fallecido jefe de Estado Mohamed Siad Barre.
De acuerdo con analistas, el nuevo gobernante somalí Mohamud -quien conducirá los destinos de esa nación durante los próximos cinco años- enfrentará numerosos retos, entre ellos la creciente violencia, desatada por el grupo radical islamista Al-Shabab y los enfrentamientos entre clanes.
También encara otros acuciantes problemas, como una galopante corrupción y la sequía, derivada del cambio climático, que afecta a unos siete millones de somalíes.
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