En un intento por minimizar el impacto de la carga, esa cartera explicó en un comunicado que será destinada a organizaciones civiles y de emergencia ucranianas.
A principios de este mes el diario Haaretz reveló que el gobierno del ultraderechista Naftali Bennett incrementará el envío de material militar a Ucrania.
Si bien el aumento de la ayuda sería un paso sustancial, por el momento no se entregarán armas ofensivas para luchar contra las fuerzas rusas, precisaron entonces fuentes diplomáticas al rotativo.
En los últimos meses las relaciones entre Moscú y Tel Aviv se deterioraron tras la postura adoptada por las autoridades israelíes, que sumaron su voto en la ONU a varias medidas contra el gigante euroasiático patrocinadas por Estados Unidos y sus aliados europeos.
Las críticas de este país a la operación castrense iniciada por Rusia para proteger a los habitantes del este ucraniano tampoco gustaron a la administración de Vladimir Putin.
El Canal 13 reveló ayer que el ejército ruso empleó por primera vez su sistema antiaéreo S-300 contra aviones israelíes que atacaron blancos en Siria, lo que confirma un cambio significativo de las relaciones bilaterales.
La televisora precisó que el incidente ocurrió el viernes en la noche cuando las aeronaves de esta nación levantina bombardearon objetivos cerca de la noroccidental ciudad siria de Masyaf.
La fuente detalló que como ocurre siempre, las baterías sirias abrieron fuego contra los aviones, pero en esta ocasión al final de la incursión se sumaron los S-300.
Según el Canal 13, esas armas son operadas solo por el ejército ruso y no pueden dispararse sin su aprobación.
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