En un homenaje a Martí por ese aniversario, el experimentado diplomático dijo que la próxima Cumbre de las Américas, organizada por Estados Unidos, no refleja el sentir patriótico y unitario de los pueblos de la región que demandan una cita continental incluyente, sin las exclusiones de países, cuyos gobiernos no son del agrado de Washington.
Al acto, realizado ante el monumento a Martí, en la avenida Cuba de la capital peruana, asistieron también la embajadora de Nicaragua, Marcela Pérez-Silva, el encargado de Negocios de Venezuela, Luis Quiñones, y representantes de otras sedes diplomáticas, así como dirigentes políticos y sociales y activistas de la solidaridad con la Isla.
Zamora recordó que Martí participó en la Conferencia Panamericana realizada por Estados Unidos en Washington, en 1889-1890, representando a Uruguay, e impidió parte de los objetivos del país del norte orientados a dominar América Latina.
“Es allí donde se da plenamente cuenta de los planes expansionistas de Estados Unidos en América Latina, y decide que Cuba debe lograr su independencia para contener el avance norteamericano y emprende la Guerra Necesaria en la que entrega su vida por la patria”, dijo.
Zamora agregó que Martí es síntesis y símbolo de los valores del pueblo cubano: el pensamiento antimperialista, la firmeza de carácter y la dedicación a las causas más nobles.
“Por eso -señaló- un país pequeño como el nuestro puede mantener en pie a su revolución, que expresa el verdadero sentir martiano de los cubanos”.
Puntualizó que los sentimientos de fraternidad latinoamericana que legó Martí como pensador y político, son los mismos que caracterizan a la amistad entre Cuba y Perú.
Símbolos de esa amistad son el héroe peruano Leoncio Prado, quien combatió por la independencia de Cuba, y Pacheco de Céspedes, quien peleó junto a Prado en la Guerra del Pacífico de Chile contra Perú y Bolivia.
La embajadora de Nicaragua, por su parte, destacó lo simbólico de que Martí cayera en combate el 19 de mayo de 1895 y un día antes naciera el héroe nacional nicaragüense, Augusto César Sandino, como si llegara a tomar el relevo del cubano.
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