El aumento del consumo de agua por una mayor evaporación, la creciente salinidad de los suelos y la propagación de enfermedades y epidemias son otras consecuencias del flagelo, afirmó el ministro de Agricultura, El Sayed El Qusair, durante la presentación en esta capital de la Estrategia Nacional de Cambio Climático Egipto 2050.
Detalló que ante la situación el país adoptó varias medidas como el desarrollo de variedades más resistentes, un plan para mejorar la eficiencia en el uso del agua y la transformación del sistema de riego.
Al presentar la estrategia la ministra de Medio Ambiente, Yasmine Fuad, detalló que el proyecto incluye la promoción de fuentes de energía renovable y la transferencia tecnológica.
Además, indicó, tiene como meta alcanzar un crecimiento económico sostenible al reducir las emisiones de gases contaminantes en diversos sectores mediante un mayor uso de fuentes de energía verde.
Consideró necesario impulsar mecanismos de financiación innovadores que dan prioridad a las medidas de adaptación y promover la transferencia de la investigación científica y tecnológica.
En varias oportunidades las autoridades egipcias alertaron sobre las graves consecuencias para el país del flagelo.
Precisamente, en abril último, el ministro de Recursos Hídricos e Irrigación, Mohamed Abdel Atty, advirtió que el delta del río Nilo es una de las áreas más amenazadas del mundo por ese problema.
El funcionario reveló que el cambio climático amenaza del 12 al 15 por ciento de las tierras fértiles del delta por el crecimiento previsto del nivel del mar.
A esto se suma el creciente estrés hídrico del país, que depende en más de un 90 por ciento de las aguas del Nilo para cubrir las necesidades de sus 103 millones de habitantes.
Según cifras oficiales, Egipto tiene una disponibilidad hídrica de 60 mil millones de metros cúbicos (bmc) anual, pero sus necesidades se sitúan en torno a los 114 bcm.
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