En primer lugar, la respuesta a los informes de contaminación en una planta de fabricación de ese producto se retrasó debido a un brote de Covid-19 y a fallos logísticos, admitió hoy un oficial estadounidense.
La respuesta fue «demasiado lenta y algunas decisiones, en retrospectiva, podrían haber sido más óptimas», dijo el comisionado de la FDA, Robert Califf, quien agregó que la institución se compromete a reformar la tan criticada División de Seguridad Alimentaria de la agencia.
Un grupo de legisladores interrogaron a Califf sobre las acciones de la agencia que condujeron al posterior cierre de la planta de fabricación de Abbott Nutrition en Sturgis, en Michigan, y a la retirada de la fórmula que se fabricaba allí.
«¿Por qué fue necesario que los medios de comunicación prestaran atención al problema para que la administración del presidente Joe Biden tomara acción?», cuestionó el representante Morgan Griffith (republicano de Virginia), el principal republicano del subcomité de supervisión de energía y comercio.
Según los congresistas, la FDA tardó meses en inspeccionar la planta, a pesar de que los funcionarios de la agencia conocían las condiciones de insalubridad existentes desde hacía tiempo; además, no pareció responder a la escasez hasta que cobró notoriedad nacional.
No entiendo cómo la FDA puede justificar que tardó tres meses para responder a esta crisis. El país necesita saber por qué no movió cielo y tierra para intentar que la planta volviera a funcionar lo antes posible, añadió.
El presidente Biden firmó un proyecto de ley apresurado para proteger a las familias que participan en el programa gubernamental de nutrición para mujeres, bebés y niños.
Además, la Casa Blanca invocó recientemente la Ley de Producción de Defensa para que los fabricantes de ingredientes den prioridad al suministro a las empresas de leche artificial.
Sólo cuatro compañías son responsables del 90 por ciento del mercado de fórmulas en el país; por eso, cuando la planta de Abbott cerró, los efectos se extendieron por una cadena de suministro que ya estaba tensionada por la pandemia.
Sin embargo, Califf defendió que la FDA no tenía otra opción dadas las condiciones encontradas en la planta.
Conocíamos que el cese de las operaciones crearía problemas de suministro, pero no teníamos otra opción dadas las condiciones insalubres, dijo Califf.
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