Por Teyuné Díaz Díaz
Redacción de Economía
En entrevista con Prensa Latina, el experto explicó que el alza global en los precios del petróleo y del gas se relacionan con el papel de Rusia en el mercado energético, pues el gigante euroasiático es uno de los tres mayores productores del orbe, el segundo exportador de crudo y el principal suministrador de gas a Europa.
Ese incremento de los costos se trasmite con mucha celeridad por los canales comerciales y financieros al resto de la economía mundial, por ejemplo, ya penetró en el sector de los alimentos y ello gravita de forma adversa sobre los países más vulnerables, aseveró Pich.
Sin embargo, esas no son las únicas afectaciones, alertó, otras se reflejan en las posibles respuestas frente al cambio climático, en las cuales pueden coexistir tendencias contradictorias.
Por un lado, el impulso a inversiones en nuevas áreas de producción de petróleo y gas, con los consiguientes perjuicios medioambientales, mientras del otro puede implicar un mayor esfuerzo en el área de eficiencia energética, ahorro y conservación, así como en la promoción del empleo de fuentes renovables de energía.
Ello, por supuesto, tendría un impacto positivo en materia de respuestas al cambio climático, amplió el también Doctor en Ciencias Económicas.
DIFERENDO EUROPA-RUSIA
Previo al conflicto, Europa y Rusia transitaban por un acercamiento en materia energética. En 2020 el país euroasiático aportaba el 20 por ciento del consumo de petróleo a los europeos y el gas pasó del 25 por ciento en 2009 al 32 por ciento en 2021, precisó Pich.
Pero el actual diferendo impulsó al alza los valores de los combustibles, en particular del gas, que en abril alcanzó cinco veces el nivel habitual para ese mes y aún así los precios se mantienen muy volátiles, acotó.
En el caso de Europa, para evitar la adquisición de hidrocarburos rusos decidió comprar parte del gas licuado antes destinado hacia el mercado asiático, y además, adoptar una mayor dependencia del carbón natural, aunque sea temporalmente.
Ambas opciones tienen implicaciones negativas, pues en la misma medida que Occidente abarque ese mercado, las naciones del sudeste asiático estarán obligadas a recurrir más al carbón, perjudicial al cambio climático, indicó el experto.
Otra alternativa en la mira es la opción nuclear, incluso para países europeos que cancelaron esos programas anteriormente, también con implicaciones globales que no se deben descuidar.
Las limitaciones europeas a comprar hidrocarburos rusos también traen dificultades a Rusia, pues la energía representa para el gigante euroasiático alrededor de las dos terceras partes de los ingresos por concepto de exportaciones totales, y más del 5,0 por ciento de las ventas son a partir del petróleo.
Lógicamente, a partir de las sanciones Moscú fue obligado a reorientar una parte importante de sus exportaciones energéticas hacia mercados como el asiático u otros más lejanos, apuntó.
Reubicar ese flujo igualmente tiene un costo en las condiciones de país sancionado, dijo Pich, pues están obligados a vender los hidrocarburos con descuento, sobretasas, seguros…
Aunque las sanciones para los suministros energéticos no avanzan con igual celeridad como en otras áreas, existen afectaciones en la medida que las operaciones bancarias son perjudicadas.
Para un país bloqueado burlar esas barreras tiene un costo adicional; para Cuba se traduce en fletes más altos, en sobretasas de pago de riesgos y a los rusos les ocurre exactamente igual, remarcó.
Ello interrumpe ese vínculo natural, desde el punto de vista del espacio geográfico que comparten Rusia y Europa, pues las medidas impuestas entorpecen operaciones bancarias, seguros, transferencias de tecnología, cuyas implicaciones se apreciarán a más largo plazo a partir de las interrupciones en los flujos tecnológicos.
¿QUÉ GANA ESTADOS UNIDOS?
Desde hace tiempo el acercamiento entre Rusia y Europa incomodaba extraordinariamente a Estados Unidos y para poder imponerse necesitarían algo que funcionara como una barrera, mediante el conflicto logró romper el vínculo existente, explicó Pich.
Otro ejemplo, recordó, es cómo la nación del norte torpedeó el gaseoducto Nord Stream 2 desde el inicio, hasta que el 22 de febrero Alemania anuló la aprobación de la puesta en marcha del engranaje encargado de trasladar gas seguro y barato a Europa.
Como beneficios del conflicto, Estados Unidos logró crear una exportación de gas licuado hacia Europa -a mayor precio del recibido de Rusia-, y colocó en los mercados internacionales su auge gasífero alcanzado con el esquisto y que no contaba con una ubicación a nivel mundial.
Además, aparecen nuevas opciones para otros suministros energéticos como pudieran ser componentes de reactores nucleares, sobre la base del retorno de algunos países a esa alternativa, pues en el contexto actual las ofertas rusas pudieran no resultar atractivas pese a su competitividad comprobada, sostuvo.
Sin embargo, siempre que quede el más mínimo espacio de relaciones entre Europa y Rusia existirán posibilidades de restablecer sus lazos, aunque condicionados por la cuestión geopolítica, concluyó.
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