En presencia del nuevo ministro de las Fuerzas Armadas, Sébastien Lecornu, quien subió a bordo del buque al inicio de esta primera misión operativa, este sumergible forma parte del programa «Barracuda», y es el primero de una serie de seis destinados a garantizar la «independencia de Francia».
“Es un paso importante en la ambición estratégica que (el presidente) Emmanuel Macron tiene para nuestros ejércitos desde 2017”, señaló el ministro, pues supone el retorno a las fuerzas armadas de un submarino construido en Francia tras más de una década.
El Suffren tiene 100 metros de largo y cinco mil 300 toneladas de peso, con una dotación de 65 marineros, y diseñado por primera vez para acoger a una tripulación mixta con zonas de estar separadas.
En julio de 2019, Macron anunció oficialmente la construcción de esta nueva generación de sumergibles como forma de reforzar “la independencia de Francia, nuestra soberanía” y “nuestro propio estatus de gran potencia en el mundo”, declaró.
Por un importe total de nueve mil 100 millones de euros, la construcción de estos seis submarinos se encargó al grupo industrial francés Naval Group, especializado en la construcción de defensa naval, quien también barajó la construcción de otras 12 unidades a Australia por un valor de 31 mil 200 millones de euros.
Finalmente Canberra prefirió concluir una asociación estratégica con Estados Unidos y Gran Bretaña, y el denominado “contrato del siglo” fue abandonado, generando una crisis diplomática entre los países aliados.
mem/acm