Así expresa hoy el diario mexicano La Jornada en un largo análisis de su corresponsal en Nueva York, David Brooks, quien considera que el jefe de la Casa Blanca no encuentra los triunfos que le urgen.
Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que no participaría si excluían a países del hemisferio, posición después endosada por Bolivia, Honduras y varios de losu países de la Comunidad del Caribe -obligó al gobierno de Biden a hacer explícito lo que buscaba dejar medio borroso: optar entre las Américas o Miami.
Por ahora, Biden y sus estrategas optan por privilegiar la relación con la capital de la derecha latinoamericana ignorando lo que Barack Obama -con él como su vicepresidente- finalmente entendió: la política estadunidense hacia Cuba dañaba la relación de Washington con casi todo el hemisferio.
El artículo de La Jornada señala que el senador Marco Rubio rechazo que López Obrador dictara lo que Estados Unidos debería de hacer en su fiesta hemisférica. Según expertos, diplomáticos y algunos políticos, el problema mayor no está en La Habana, Caracas o Managua, sino en Washington.
No han entendido los cambios en América Latina y a pesar de la proclamación de Biden de que “America is back” -ya no tiene la misma influencia ni poder que en el siglo pasado.
De hecho, la Casa Blanca afirma que el objetivo de su política en esta cumbre es promover una visión de una región segura, de clase media y democrática algo fundamental en el interés de seguridad nacional de Estados Unidos, pero es una copia del fracasado guión de la primera en Miami en 1994, agrega el corresponsal.
Cita a Christopher Sabatini, un experto en la relación interamericana y por mucho tiempo promotor de la importancia de estas cumbres, quien escribió en Foreign Policy que sin un cambio en la postura de Washington, esta cita podría ser percibida como “la tumba de la influencia estadunidense en la región”.
Dan Restrepo, exasistente de Obama, es más ríspido: la Cumbre de las Américas ha fracasado en ofrecer resultados desde sus inicios y ahora es un foro con un fallo mortal que no sirve a su propósito y aconseja que ésta debería de ser su última sesión.
El historiador Miguel Tinker Salas, colaborador de La Jornada, señaló en entrevista con Los Ángeles Times que la posición de López Obrador demostró una fractura en la hegemonía que Washington gozaba cuando inauguró las cumbres en 1994 pero que “ahora es otra America Latina, y Estados Unidos no entiende eso. Estados Unidos ya no es el imperio que hace o deshace” en el hemisferio.
La Jornada recuerda que la Cumbre de las Américas nació del llamado “consenso de Washington” para crear un Acuerdo de Libre Comercio de las Americas (ALCA) que después fue enviada “ALCA, ALCA, Al carajo”, por el presidente Hugo Chávez en el foro social alternativo a la cumbre en Mar de la Plata en 2005.
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