El documento registra 12,6 millones de personas en crisis o emergencia en cuatro países del Sistema de la Integración Centroamericana y Haití frente a 11,8 millones en 2020, y de estos, 3,73 millones corresponden a la tierra del Quetzal.
Por segunda ocasión, Guatemala solo está por debajo del país caribeño (4,36 millones), seguido por Honduras, El Salvador y Nicaragua, alerta el registro global parte de la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias, una alianza de las Naciones Unidas, la Unión Europea, organismos gubernamentales y no gubernamentales.
Los departamentos más afectados son Quiché, Huehuetenango, Alta Verapaz, Izabal, Zacapa, El Progreso, Chiquimula, Jutiapa y Santa Rosa, la mayoría situados en el llamado Corredor Seco, región muy vulnerable a las sequías y carente de programas efectivos contra el hambre.
Entre los más vulnerables, el informe sitúa a familias agrícolas de infra y subsistencia con pérdidas de ingresos por los daños de las tormentas Eta e Iota en 2020 y los pequeños comerciantes informales y jornaleros agrícolas, los más afectados por la pandemia de la Covid-19.
De acuerdo con el texto, a pesar del aumento en el envío de remesas y el inicio de la recuperación económica de Guatemala, los hogares pobres y muy pobres se resintieron aún más ante la falta de oportunidades laborales, así como el incremento de los precios de los alimentos básicos entre un 10 y 20 por ciento sobre el promedio del costo en los últimos cinco años.
A ello se suma, el agotamiento de las reservas de granos básicos, sobre todo, en las zonas rurales del país, el aumento del costo de los alimentos y combustibles a nivel mundial y las complicaciones en la cadena global de suministros.
En ocho de cada 10 familias -detalla el estudio- la alimentación se basa en productos menos costosos, y en más de la mitad de la población se limitan las porciones de comida.
De la población total guatemalteca analizada (16,9 millones), el 23 por ciento estaba en crisis o peor, y de los 22 departamentos, 10 clasificaron en ese término, y los 12 restantes, incluida la capital, se situaron en un nivel de estrés.
Y si bien este panorama prevalecía a inicios de este año, se prevé que continúe erosionando el poder adquisitivo de los hogares pobres si no se toman acciones inmediatas, advierte el reporte.
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