Al referirse a los resultados del trabajo que durante los dos últimos años ejecutaron la Armada y la Dirección General Marítima, señaló que su gobierno decidió que todo ese tesoro es un patrimonio unificado, que no puede ser partido, que no puede ser separado, que es un todo, de una riqueza patrimonial enorme.
Agregó que, para garantizar la protección de la integralidad de dicho tesoro del San José, se adquirieron equipos de tecnología de punta durante los últimos años.
El objetivo era llegar a la profundidad de 900 metros, contar con las mejores imágenes y hacer monitoreos permanentes; hasta el momento de dar el paso de la extracción y poner esa riqueza a disposición del mundo para ser apreciada mediante capacidades museológicas, agregó.
La Armada Nacional destacó que el trabajo ha sido validado por miembros de la Comisión de Antigüedades Náufragas y del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICAH), entidades adscritas al Ministerio de Cultura.
Es así como la Armada desarrolló la planeación, preparación y ejecución de las cuatro campañas de observación en las que se emplearon equipos de alta tecnología y herramientas informáticas para el procesamiento de la información y la comprobación del estado del naufragio.
«Esto demuestra que nuestras capacidades son robustas y nos permitirán proteger todo ese patrimonio sumergido. Y la idea, es recuperarlo y tener mecanismos sostenibles de financiamiento para sus extracciones futuras», destacó Duque.
Por su parte el comandante de la Armada, Gabriel Pérez Garcés, afirmó que se detectaron dos naufragios más: el de un barco colonial y el de una goleta de la época republicana, cuyo casco fue mostrado por primera vez en cerca de 200 años.
Entre tanto el Almirante José Joaquín Amézquita, Director General Marítimo detalló que se ven con un nivel de detalle nunca antes apreciado, los cañones, las monedas de oro u octavos reales, ánforas, botijas, lingotes de oro y una vajilla china en perfecto estado de conservación.
«Con las inscripciones descubiertas se pudieron determinar los sitios de fabricación de los cañones del barco, en Sevilla y en Cádiz, en el año 1655. Aprecian ustedes diferentes objetos de oro; aparecen las macuquinas (monedas) de Ocho Reales, con la acuñación propia de la época», detalló.
Seguiremos trabajando en el futuro para poder explorar 13 pecios o sitios de naufragios con mayor información”, concluyó.
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