De acuerdo con la investigación de la consultora Accenture, el estallido de la enfermedad alteró las filosofías de consumo en el gigante asiático, las personas se volvieron más pragmáticas y contienen más los deseos de comprar por impulso.
Además de reducir gastos, los ciudadanos optan por investigar bien y comparar los productos antes de adquirirlos, ya no prestan tanta atención a los comentarios y priorizan las necesidades familiares por encima de las propias.
Igualmente, se enfocan en aspectos como artículos amigables con el medioambiente, desarrollar una vida más sana y la educación personal.
El estudio sugiere a las empresas optimizar sus ofertas y velar porque cumplan el principio de calidad-precio, articular mejor los servicios de comercio electrónico con los de las ventas físicas y unificar las propuestas de las plataformas en línea.
China definió al consumo como uno de sus nuevos motores de crecimiento, pero el reciente rebrote de Covid-19 golpeó el desempeño del sector y lo derrumbó 0,2 por ciento entre enero y abril pasado.
Solo en el cuarto mes de 2022, la caída en las ventas minoristas fue de 11,1 puntos.
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