La pesquisa reveló que 72 por ciento de los estadounidenses se declara más proclive a votar después de los tiroteos masivos en Buffalo, Nueva York; y Uvalde, Texas, lo que calentó el debate sobre el control de las armas, algo que se manifestó la víspera cuando la Cámara de Representantes aprobó restricciones que deben ser acogidas por el Senado.
El 59 por ciento de los votantes está a favor de más restricciones, mientras que sólo el 35 por ciento considera que los derechos a portar esos artefactos deberían tener prioridad, la mayor diferencia a favor del control de las armas en la encuesta Marist en una década.
El apoyo a la inversión en salud mental en respuesta a la violencia armada fue más amplio, con 86 por ciento de apoyo y sólo 5,0 por ciento en contra. También hubo 82 por ciento de respaldo a un control de antecedentes más estricto en la venta de armas de fuego, según reveló una reseña del diario The Hill.
Sin embargo, las propuestas impulsadas por demócratas para prohibir los rifles de asalto no salieron tan bien paradas, con 56 por ciento de apoyo y 36 por ciento en contra.
La Cámara Baja aprobó la víspera, por 223 votos contra 204, una legislación que prohíbe la venta de rifles semiautomáticos a los menores de 21 años, entre otras restricciones, algo a lo que se opone la mayoría de los legisladores republicanos.
Un grupo de republicanos y demócratas en el Senado pretende acordar una legislación bipartidista para frenar la violencia con armas de fuego, cuyos parámetros negocian esta semana pero no se espera varíe la oposición del Partido Republicano.
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