Debido al surgimiento de la variante Ómicron de la Covid-19 y la extendida operación militar de Rusia en Ucrania, la previsión del incremento del Producto Interno Bruto (PIB) se fijó en 4,1 por ciento en lugar del 4,5% vaticinado en abril.
De todas formas, los índices no son tan grises ante una recuperación evidente del turismo y la hostelería, con tendencia a un alza del 0,4 por ciento en el segundo trimestre del año. En general, el consumo ha subido, no obstante, la carestía de la vida.
En cuanto a las proyecciones macroeconómicas 2022-2024, aparecen además del mencionado 4,1% en 2022, la cifra de 2,8% en 2023, y 2,6% en 2024, con la expectativa de que el rango del PIB prepandemia pudiera recuperarse en la segunda mitad de 2023.
En cualquier caso, el director de Economía y Estadísticas del Banco de España, Ángel Gavilán, adelantó que en el segundo trimestre se está acelerando la actividad debido principalmente a la reactivación de los sectores más afectados por las restricciones sanitarias.
«La economía española va a tener unas tasas de crecimiento robustas (…) la senda de recuperación es sólida a futuro, siempre que no se produzcan perturbaciones adicionales”, sentenció Gavilán.
El empeoramiento de los nexos con Argelia –principal suministrador de gas a España-, la prolongación de la guerra en Ucrania o la eventual subida de tipos de intereses, son los peligros en el horizonte que pudieran hacer variar las predicciones, según los expertos.
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