Más de 48 millones de personas estarán convocadas mañana a las urnas para elegir a los 577 diputados de la Asamblea Nacional, una instancia clave en suelo galo, al tener la última palabra en el ámbito parlamentario, aunque habrá que esperar hasta la segunda vuelta, el 19 de junio, para conocer la composición del Hemiciclo y las variantes de gobernabilidad.
En realidad la jornada de reflexión no es para todos, ya que la mayoría de los inscritos parece haber decidido no votar, según las encuestas, las cuales incluso proyectan un abstencionismo récord bajo la Quinta República, a partir de 1958.
Un sondeo de Odoxa-Backbone publicado esta semana por Le Figaro reflejó que apenas un 46 por ciento de los electores participaría en la primera ronda, dejando atrás el 46,7 por ciento registrado en idéntica etapa de las legislativas de 2017.
Los estudios de opinión apuntan a un cerrado duelo entre el oficialismo, representado por la coalición Juntos, que encabeza la fuerza gobernante La República en Marcha, y el bloque de la izquierda Nueva Unión Popular Ecologista y Social (Nupes), aglutinadora de La Francia Insumisa y los partidos Europa Ecología Los Verdes, Comunista y Socialista.
De acuerdo con las últimas pesquisas, Juntos y la Nupes estarían en un empate técnico, al atraer en torno a un 28 por ciento de las intenciones de votos, mientras la ultraderechista Agrupación Nacional, que lidera Marine Le Pen, rozaría un 20 por ciento, dejando rezagada a la derecha conservadora con la alianza entre Los Republicanos y la Unión de los Demócratas e Independientes, con alrededor de un 10.
Sin embargo, una mejor distribución geográfica de los candidatos con opciones del oficialismo lo dejaría con la mayor cifra de diputados –siempre teniendo en cuenta las encuestas-, aunque sin garantizarle la mayoría absoluta, al menos 289 escaños.
Una hipotética Asamblea Nacional de Francia tendría entre 260 y 310 curules de Juntos, de 170 a 200 de la izquierdista Nupes, hasta 50 de la extrema derecha y entre 40 y 60 de los conservadores.
TRES ESCENARIOS
Un primer escenario probable es el triunfo categórico de La República en Marcha y sus aliados, la opción deseada por el recién reelecto presidente Emmanuel Macron para poder impulsar sus políticas en el segundo mandato sin grandes obstáculos.
El jueves, el jefe de Estado instó a los franceses a garantizarle el control absoluto de la Asamblea Nacional, durante una visita al sureño departamento de Tarn.
La puesta en práctica del proyecto que defiendo necesita una mayoría fuerte y clara en la Asamblea, dijo el mandatario, quien acusó a sus principales rivales de estar en los extremos y de no representar un futuro favorable para el país y la Unión Europea.
Otra posibilidad es que el oficialismo gane las legislativas, pero sin conseguir la mayoría absoluta, una variante que lo obligaría a buscar alianzas en el Hemiciclo, ya sea permanentes o caso a caso cuando se discuta un proyecto de su interés.
El tercer escenario es el triunfo de la Nupes, que generaría un panorama inédito en las últimas décadas con la cohabitación gobierno-oposición, en la que el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, espera y reclama su designación como primer ministro.
Mélenchon y los dirigentes ecologistas, comunistas y socialistas ven en esa eventual victoria de la izquierda una manera de frenar las políticas de Macron, las que consideran enemigas de los enfoques sociales y del poder adquisitivo de los franceses.
Para el mandatario, la cohabitación representaría más que un desafío, un dolor de cabeza, con batallas a la vista de impredecibles consecuencias.
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