Según los datos publicados por el Ministerio del Interior, de los 48 millones 953 mil 984 electores, acudieron a las urnas 23 millones 257 mil 508, una participación del 47,51 por ciento, que superó el récord de ausencia a las votaciones de las parlamentarias del 2017, cuando en la primera ronda no ejerció su derecho el 51,3 por ciento.
A este escenario de abstencionismo se añaden más de medio millón de sufragios en blanco o nulos, que dejaron la cifra de boletas válidas en 22 millones 745 mil 498, un 46,46 por ciento de las personas convocadas. Las legislativas, que tendrán el próximo domingo la segunda y decisiva vuelta, definirán la composición de la Asamblea Nacional con sus 577 escaños para diputados.
En los comicios de ayer, el bloque oficialista Juntos, encabezado por el partido gobernante La República en Marcha, logró un 25,75 por ciento de los votos válidos, una ventaja mínima sobre la coalición de la izquierda Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes), la cual terminó con un 25,66.
Detrás se situaron la extrema derecha de Agrupación Nacional, con un 18,68 por ciento, y la alianza conservadora de Los Republicanos y la Unión de los Demócratas e Independientes, con un 10,42.
Sin embargo, no es el voto popular lo más importante en las elecciones legislativas, en las que el objetivo de las fuerzas políticas en liza es conseguir la mayor cantidad posible de diputados, y eso depende de los resultados en cada una de las 577 circunscripciones, al margen de su población.
Es por eso que las proyecciones de escaños ganados después del 19 de junio no se corresponden proporcionalmente con la cantidad de electores logrados, y a la oficialista Juntos le atribuyen entre 260 y 295 curules, a la Nupes 150-210, a los conservadores hasta 65 y a Agrupación Nacional de 25 a 35.
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