De acuerdo con un informe de la Confederación Nacional de Agricultores de Italia (Coldiretti) divulgado este martes, como principal mercado de estos productos se mantiene Alemania, cuyas compras registraron un incremento del 9 por ciento en los primeros tres meses de este año.
Las exportaciones a Francia y Estados Unidos, países que ocupan el segundo y tercer lugar entre los destinos más importantes de las ventas, aumentaron un 17 por ciento y un 21 por ciento respectivamente, precisa el documento. El crecimiento más relevante, según Coldiretti, fue el de Reino Unido cuyas adquisiciones subieron un 29 por ciento y echaron por tierra los negativos vaticinios de algunos especialistas, que apostaban por un desplome de las mismas tras la salida de ese país de la Unión Europea.
Resultó también significativo el ascenso en un cuatro por ciento de las compras de productos agroalimentarios italianos por parte de Rusia, pese a las fuertes medidas implementadas por el bloque europeo contra ese país tras el inicio de su operación militar especial en Ucrania.
Las ventas en el exterior se sustentan principalmente en productos como el vino, que se ubica por delante de las frutas y verduras frescas, aunque “en el extranjero también juegan un papel importante las pastas, los quesos, el aceite de oliva y los embutidos”, precisó la fuente.
El presidente de Coldiretti Ettore Prandini expresó que para apoyar este crecimiento se debe actuar sobre los retrasos estructurales de Italia y desbloquear todas las infraestructuras que mejorarían las conexiones entre el sur y el norte del país, así como con el resto del mundo.
El aumento de estas exportaciones se registra en medio de una difícil situación, marcada por el incremento del costo de los combustibles, los efectos a nivel mundial del conflicto en Ucrania y los estragos que en la agricultura italiana está causando el cambio climático, consideran analistas.
El 5 de junio último Coldiretti alertó que las pérdidas por los fenómenos naturales en el sector agrícola del país se calculan en unos nueve mil millones de euros, y afirmó que la crisis podría provocar el cierre del 11 por ciento de las fincas.
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