Esa cantidad de árboles las cosecharon desde 1960 en los viveros del ICE en Alajuela, Cartago y Guanacaste y en un inicio eran destinados a la recuperación boscosa en las riberas de protección de sus embalses hidroeléctricos.
Posteriormente, comenzaron el apoyo a municipalidades y Comités de Reforestación en escuelas y colegios, para mitigar la fuerte deforestación de inicios del siglo XX, y además para ayudar a contrarrestar los efectos del cambio climático y calentamiento global.
La entidad pública recuerda que desde 2018, y en concordancia con el Plan Nacional de Descarbonización, ha donado 2,5 millones de especímenes forestales para aumentar la cobertura nacional, de ellos 192 mil en este año.
Este esfuerzo, sostiene, responde también a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas.
El coordinador de Gestión Socio-ambiental del ICE, Rodolfo Quirós, señaló que con la plantación de estos árboles, además de crear áreas boscosas que protegen nuestros recursos hídricos, apoyamos de forma directa la mitigación de los efectos del cambio climático y del calentamiento global.
Tras indicar que hace una década seleccionó al Cortés amarillo como su árbol símbolo, el ICE detalla que entre las especies reproducidas destacan aguacatillo, almendro de río, caoba, cas, cedro amargo, madero negro, manzano de agua y sotacaballo.
car/ale