En declaraciones a la prensa a su regreso este sábado de Ucrania, Johnson dijo que la medida tiene como objetivo evitar que esas personas simplemente “desaparezcan” tras ingresar al país.
Somos un país extremadamente generoso (con los migrantes), y estoy orgulloso de ello, pero cuando la gente llega de forma ilegal, cuando infringen las leyes, es importante que hagamos esa distinción, recalcó el gobernante conservador.
Según reportó la cadena estatal BBC, el programa piloto tendría un año de duración, con el objetivo de determinar si la colocación de los localizadores electrónicos ayuda a mantener y mejorar el contacto con los solicitantes de asilo.
También se pretende obtener información sobre la frecuencia con que los migrantes irregulares se escapan de las instalaciones donde son ubicados tras su llegada al país.
Las personas controladas de esa forma tendrían que observar horarios de toque de queda, y los que incumplan con la medida, podrían ser arrestados y llevados ante los tribunales, agregó la BBC.
Entre los primeros en ser objeto del seguimiento electrónico estarían algunos de siete migrantes que el gobierno pretendía enviar a Ruanda el martes pasado, pero cuya deportación fue bloqueada a última hora por la Corte Europea de Derechos Humanos.
La ministra británica del Interior, Priti Patel, quien en una entrevista que publica este sábado el diario The Telegraph tachó de escandalosa la decisión del tribunal europeo, reiteró que tiene intenciones de proseguir con las deportaciones.
El plan de las autoridades británicas es trasladar al país africano a quienes lleguen al Reino Unido a través del canal de La Mancha en botes de goma y otras embarcaciones endebles, para que sus solicitudes de asilo sean tramitadas por el servicio de inmigración ruandés.
De acuerdo con Londres, la medida, cuya legalidad es cuestionada por grupos defensores de los derechos humanos, la oposición política y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, busca desestimular el tráfico de migrantes.
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