Si bien el Ministerio de Salud considera moderado el avance de la enfermedad, expertos dan las primeras señales de alarma de cara a un verano que pudiera ser tenso, en un país donde fueron eliminadas las restricciones y las personas viven bajo una sensación de normalidad.
Según los indicadores de Salud Pública Francia, la incidencia de la Covid-19 se sitúa en 476 infectados por cada 100 mil habitantes, después de bajar de 200 a principios de junio.
La media semanal de contagios diarios ya había aumentado un 49 por ciento el 20 de junio, al pasar a 46 mil, en comparación con los 31 mil registrados el 13 de junio.
El incremento de casos también provoca un aumento de las personas ingresadas en los hospitales, que en mayo y los primeros días de este mes mostraron un panorama alentador.
En las últimas 24 horas, los hospitalizados por la Covid-19 pasaron de 14 mil 190 a 14 mil 334, mientras los enfermos en cuidados intensivos suman 851, ocho menos que ayer.
Las subvariantes de Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2 generan un escenario preocupante en Europa, y Francia no escapa.
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