Un estudio realizado por la Fundación Giuseppe di Vittorio, divulgado este martes en la página económica del diario digital PMI, muestra que los ingresos salariales en este país se mantienen por debajo del umbral de los 35 mil euros anuales.
En los últimos años, durante el azote de la Covid-19 y en la etapa de recuperación, la diferencia entre los salarios medios anuales italianos y franceses aumentó de 9 mil ochocientos a 10 mil 700 euros, mientras que respecto a los alemanes pasó de 13 mil 900 a 15 mil euros.
Italia y España presentan dificultades para recuperar el nivel salarial medio previo a la pandemia, mientras que Francia y Alemania, como la mayoría de las naciones que integran la Eurozona, aumentaron el mismo un 2,0 por ciento en el último año, señala el análisis.
En este problema incide el incremento del trabajo precario y de baja calificación, propio de un mercado laboral y un sistema productivo con baja propensión a la innovación y orientado a la reducción de costos de producción a través de la compresión salarial, agrega la fuente.
De hecho en abril de 2022 se registraron en este país 3,2 millones de trabajadores temporales, la cifra más alta desde 1977, afirma este reporte que cita datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas de Italia (Istat).
El 7 de junio último representantes de diversas fuerzas políticas italianas llamaron a que se implemente el salario mínimo, tras la aprobación por la UE de un proyecto de directiva sobre ese tema.
En tal sentido, el ministro de Trabajo y Políticas Sociales de esta nación, Andrea Orlando, expresó que la aprobación por el bloque comunitario de esa propuesta, que compromete a los 27 Estados miembros, abre una perspectiva para “dar a todos los trabajadores un salario digno”.
Italia integra el grupo de seis países miembros de la UE donde el salario mínimo no existe, conjuntamente con Dinamarca, Chipre, Austria, Finlandia y Suecia.
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