Es solo uno de los más recientes casos de una problemática ya recurrente, pues el país cuenta prisiones superpobladas que operan al triple de su capacidad.
Richemond pidió ayuda al Gobierno, sector privado y sociedad civil para ofrecer agua y alimentos a los prisioneros y explicó que los decesos están relacionados con el aumento de las temperaturas en las celdas que acogen a unos 80 reclusos, además del poco acceso a una nutrición balanceada.
El fiscal explicó que desde que fueron atacadas dos celdas en la penitenciaría y derribado el muro que preserva la cárcel, se vieron obligados a mantener a los reos en las celdas sin acceso a las áreas exteriores.
En 2018 el ranking World Prison Brief indicó que Haití es la nación que presenta la mayor superpoblación de un sistema penitenciario, al encabezar una lista de 205 países.
El reporte concluyó que las prisiones operan con un hacinamiento de 454 por ciento, lo cual agudiza los problemas de violencia y salubridad.
Por su parte, organizaciones locales de derechos humanos criticaron que la situación incrementa los índices de desnutrición y enfermedades infecciosas.
Un informe de las Naciones Unidas en junio de 2021 determinó que las condiciones de los prisioneros podrían calificarse de tortura, lo cual viola los derechos de los reos, aseguraron.
El problema de la superpoblación carcelaria se intensifica con el aumento de la prisión preventiva prolongada, un fenómeno que actualmente afecta a más del 80 por ciento de los detenidos.
Algunos de los reclusos pasaron hasta una década para ver a un juez, aunque llegaron a las prisiones por delitos menores.
dfm/ane
