Por Yodeni Masó Águila
Corresponsal de Prensa Latina en Líbano
Al conocer de las maniobras de la plataforma greco-británica en el campo de Karish, las máximas autoridades del Estado, gobierno y el Parlamento libanés convocaron al mediador estadounidense Amos Hochstein a Beirut para reimpulsar las negociaciones indirectas sobre la demarcación territorial con Tel Aviv.
Entre Líbano e Israel existe una zona rica en petróleo y gas en disputa de unos 860 kilómetros cuadrados (Línea 23), de acuerdo con mapas depositados por ambos países ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Durante una de las conversaciones en el pasado, la delegación libanesa presentó una actualización de la frontera con mil 430 kilómetros adicionales (Línea 29), lo que llevó a la suspensión de las negociaciones por parte de Israel en mayo de 2021.
RÍQUEZA HÍDRICA
El país, con costas al Mediterráneo, envió en febrero de este año una carta a la ONU para confirmar la adhesión a sus derechos hídricos y recordar que el campo de Karish, ubicado entre Líbano y Palestina ocupada, no pertenece a Israel.
La carta en cuestión dio fe del apego de Beirut a las conclusiones de la delegación libanesa en las negociaciones sobre la frontera sur y expresó su rechazo al lanzamiento de la oferta de licencias por parte del vecino en el área en disputa.
En la misiva, Líbano tomó la iniciativa para acelerar las negociaciones indirectas y reclamó un área de dos mil 290 kilómetros cuadrados y no sólo los 860 kilómetros cuadrados que Israel y su aliado de Estados Unidos pretendían.
Para investigadores de la región, el conflicto suscitado en la demarcación de las fronteras desde 2007 hasta el presente se debe principalmente a la negligencia y corrupción del Estado libanés en el manejo de los archivos, lo que permitió al gobierno israelí aprovechar los errores a fin de lograr su pretensión.
DEFENSA DE LOS RECURSOS
Al recibir recientemente al mediador estadounidense Amos Hochstein en la disputa contra Israel, Líbano exigió el derecho soberano a invertir en sus recursos hídricos y solicitó respuestas rápidas de Tel Aviv.
El presidente de la República, Michel Aoun, presentó una nueva propuesta a la anterior del diplomático norteamericano, en la que demandó la preservación de todo el campo de Qana y la adhesión a la riqueza petrolera, incluso más allá de la Línea 23.
Las reuniones indirectas comenzaron en octubre de 2020 bajo el auspicio del organismo multilateral y con la mediación estadounidense, y hasta mayo de 2021 se celebraron cinco rondas de negociación.
Parte del campo de Karish, motivo de disputa en el presente, aparece dentro de la Línea 29 que los libaneses consideran la frontera marítima sur, de ahí el rechazo a los movimientos realizados por el barco de exploración griego al servicio israelí desde inicios de junio.
CAPACIDAD DE RESISTENCIA
En la antesala a la visita del diplomático estadounidense, el secretario general de Hizbulah (Partido de Dios), Hassan Nasrallah, reiteró las capacidades financieras, militares y de seguridad de la resistencia para evitar la exploración de las riquezas de Líbano por parte de Israel.
Nasrallah insistió que el objetivo inmediato es detener cualquier actividad israelí en la intención de extraer petróleo y gas del campo de Karish, ubicado en la costa sur entre Líbano y Palestina ocupada.
El líder del Partido de Dios aseguró que el país posee en este enfrentamiento contra Israel el derecho, el motivo, la máxima necesidad y la fuerza bajo el título de ejército, pueblo y resistencia.
Recalcó que Hizbulah no quiere la guerra, pero no la teme y en ese sentido alertó a Israel a no cometer ninguna acción que pueda generar repercusiones negativas en la región.
Así mismo, el secretario del Partido de Dios denunció la estrategia de Estados Unidos e Israel de empujar al Líbano al hambre, lo que constituye “un gran peligro para la seguridad social y es peor que la guerra civil”.
IMPULSAR LA RECUPERACIÓN
Miembros del bloque Lealtad a la Resistencia, el Consejo Político del Partido Democrático Libanés (PDL) y diputados de diversas fuerzas enfatizaron la necesidad de la formación de un nuevo gobierno a fin de preservar la soberanía y salvar al país de la crisis.
El parlamentario Sheikh Hassan Ezz El-Din llamó a la integración de un gabinete capaz de asumir con responsabilidad la defensa de la riqueza nacional y cumplir con sus deberes en beneficio de los libaneses.
Subrayó que una de las prioridades en el actual contexto lo constituye asegurar la electricidad, como un primer eslabón para el acceso al agua y el funcionamiento regular de las fábricas nacionales.
Condenó la presión estadounidense y el obstáculo que representa para la importación de electricidad a través de Siria, al tiempo que impide reanudar la extracción de petróleo en su propia frontera marítima.
Por su parte, el líder del PDL, Talal Arslan, pidió alejarse del populismo y la corrupción para defender el expediente de la demarcación de los límites territoriales. Recalcó la necesidad de decidir lo antes posibles sobre la línea fronteriza en la costa sur para evitar la posibilidad de que Israel comience a extraer gas del campo de Karish.
En este sentido, el diputado William Tawk convocó a enfrentar las violaciones de la soberanía libanesa por los israelíes, y a proteger los recursos naturales con resistencia política y autodeterminación.
Mientras, el exministro Wadih al-Khazen pidió corregir el rumbo y acelerar las negociaciones sobre la demarcación de las fronteras marítimas y terrestres sin concesiones ni subastas ante Israel.
Citado por la Agencia Nacional de Noticias, Al-Khazen repudió la codicia israelí al maniobrar sobre un área en disputa, como el campo de Karish, que contiene alrededor de 453 mil millones de metros cúbicos de gas al año.
Líbano celebrará en las próximas jornadas las consultas parlamentarias para designar al gobierno y dar así continuidad a un proceso legislativo iniciado el pasado 15 de mayo.
Datos de la ONU reflejan que alrededor de 2,2 millones de personas requieren apoyo urgente en Líbano para asegurar el acceso a alimentos y otras necesidades básicas hasta fin de año, un aumento del 46 por ciento en comparación con 2021.
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