Durante un encuentro en el Palacio de Baabda, el jefe de Estado libanés reafirmó el compromiso y la defensa de la causa del pueblo palestino en la contrucción de una nación soberana, con Jerusalén oriental como capital.
El mandatario consideró que la resistencia a la ocupación israelí por parte del pueblo palestino no es terrorismo y abogó por el regreso seguro de los refugiados a su tierra.
Aoun destacó la importancia de preservar Jerusalén, “donde se encuentran las tres religiones: el cristianismo, el islam y el judaísmo”, subrayó.
Por su parte, Haniyeh expresó el agradecimiento de Palestina por el apoyo que recibe en Líbano, a pesar de las difíciles circunstancias económicas y financieras por las que atraviesa.
El líder de Hamas informó al presidente Aoun sobre los últimos acontecimientos en Palestina y las prácticas agresivas de la ocupación israelí en Jerusalén, Gaza y Cisjordania, especialmente la exposición permanente a los lugares de culto y la toma de la mezquita Al-Aqsa
Haniyeh elogió la firmeza y voluntad del pueblo palestino y su enfrentamiento a los ataques de las fuerzas israelíes que no diferencia entre un musulmán y un cristiano.
Expresó la solidaridad con Líbano ante el acoso del vecino en las fronteras, al calificarlo de usurpador y denunciar que las armas de ocupación no tienen derecho a extenderse a ningún país árabe.
Al frente de una delegación del Buró Político de Hamas, Haniyeh realiza una visita de varios días a la nación de los cedros para abordar la causa de Palestina y los refugiados.
Mañana, el líder de Hamas pronunciará el discurso de la resistencia palestina ante la Conferencia Nacional Islámica, en su sesión 31 con sede en esta capital.
Haniyeh revisó ayer con el secretario general de Hizbulah (Partido de Dios) de Líbano, Hassan Nasrallah los diversos acontecimientos políticos y de campo en Palestina, así como el desarrollo de la resistencia, las amenazas y desafíos.
Hamas tiene su bastión en la franja de Gaza, territorio que controla desde 2007 ante la ocupación israelí, aunque también ganó fuerza en Cisjordania, donde es mayoría el gubernamental movimiento Fatah.
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