Durante una ceremonia en la ciudad sureña de Jartum, el representante de la Resistencia islámica libanesa exigió no desperdiciar más tiempo en intereses individuales y trabajar de conjunto para detener el colapso del país.
Qaouk condenó a aquellos políticos y altos funcionarios que obstruyen y mantienen a la nación en el laberinto de una crisis que arrastra a la pobreza a cuatro de cada cinco libaneses, de acuerdo con Naciones Unidas.
El dirigente del Partido de Dios insistió que las amenazas israelíes no cambian la realidad de la fuerza de la posición libanesa bajo el título de ejército, pueblo y resistencia.
Mañana y el martes, el reelecto primer ministro Najib Miqati convocó a la realización de consultas no vinculantes en el Parlamento con el objetivo de nombrar a los miembros del gabinete.
Cifras de entidades especializadas de la ONU colocan en alerta roja la situación de Líbano como consecuencia de una inflación de 890 por ciento, salario mínimo mensual menor a 25 dólares estadounidenses y 2,2 millones de personas necesitadas de alimentos.
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