“La Masacre de Villa Tunari, hace 34 años, mostró el verdadero rostro perverso de la DEA, que comandó la violenta y cobarde represión armada, en el Trópico, donde murieron 11 hermanos campesinos que defendían nuestra soberanía, ante la injerencia estadounidense. ¡Honor y gloria!”, escribió el mandatario en Twitter.
Fuentes gubernamentales apuntan que el 27 de junio de 1988, en esa localidad ubicada en Trópico de Cochabamba, las fuerzas antidroga de Bolivia, dirigidas por la DEA y apoyadas por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, reprimieron con dureza una manifestación de campesinos cocaleros.
Los productores protestaban contra el Plan Trienal de lucha contra el Narcotráfico, norma que tipificó a la hoja de coca como “sustancia peligrosa”, y la milenaria tradición de masticarla como “uso indebido de drogas”.
También establecía el uso de herbicidas para la erradicación forzosa de los cultivos, principal fuente de sustento de miles de familias y renglón económico por excelencia de esa región del país suramericano.
La represión costó la vida a 11 campesinos y heridas a decenas, todo bajo órdenes directas de agentes estadounidenses de la DEA sobre el terreno.
El expresidente de Bolivia y líder del Movimiento al Socialismo (fuerza política de Gobierno), Evo Morales, también recordó el suceso, y agregó que para el ataque contra los manifestantes pacíficos y desarmados fueron empleados medios y fuerzas innecesarios para la ocasión.
“Militares norteamericanos y bolivianos nos reprimieron por aire y por tierra”, subrayó Morales, también en Twitter.
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