Un alto funcionario de la Comisión nacional de Reforma y Desarrollo, el máximo planificador del país, dijo a periodistas que la economía “es resiliente, tiene gran potencial y también espacio suficiente para maniobrar ante las dificultades”.
Ilustró su planteamiento con las estadísticas de mayo, cuando todos los indicadores mostraron un mejor desempeño tras el progresivo control de los rebrotes de Covid-19 que mantuvieron a la provincia de Jilin y a Shanghái bajo confinamiento.
Puntualizó que las cifras positivas se lograron gracias al reinicio del trabajo y la producción de forma acelerada y en medio de la implementación de políticas favorables para estimular el crecimiento.
En mayo la actividad mercantil subió 9,6 por ciento interanual, la producción industrial avanzó 0,7 por ciento interanual y las ventas al por menor de bienes de consumo cayeron 6,7 puntos, pues mes todavía se mantuvo el cese de las operaciones en instituciones recreativas, destinos turísticos, establecimientos gastronómicos y lugares culturales.
Observadores locales también prevén que China puede lograr o acercarse a su meta prevista de 5,5 por ciento de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) este año y sugieren al Gobierno seguir con estímulos como la emisión de bonos especiales para apoyar la recuperación de los sectores más golpeados por el rebrote de la Covid-19.
Dicho nivel de auge del PIB es uno de los más bajos de la última década, pero las autoridades indican que está a tono con la recuperación del país y sus planes de garantizar la estabilidad económica frente a los desafíos internos y externos.
Según el Gobierno, entre las principales presiones de 2022 está una caída de la demanda, las perturbaciones en las cadenas de suministros y las débiles expectativas de crecimiento porque el mundo sigue bajo el azote de la pandemia y como añadido está el conflicto entre Rusia y Ucrania.
De hecho, las perspectivas de expansión del PIB para el segundo trimestre rondan solo el 2,1 por ciento.
No obstante, las autoridades se comprometieron a mantener dentro de un rango apropiado los principales indicadores de la economía, diversificar las herramientas monetarias, introducir más recortes de tarifas y beneficiar a las pequeñas y medianas empresas en dificultades.
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