Para el BEA, la contracción se debe, entre otras causas, a algunos efectos no cuantificados de la pandemia de la Covid-19 durante el cuarto trimestre de 2021, cuando la economía marcó un crecimiento del 6,9 por ciento.
Siete de cada 10 economistas creen que podría ocurrir una recesión este año o el próximo ante el descenso del Producto Interno Bruto, según encuesta de Financial Times y la Universidad de Chicago Booth.
La inflación se disparó hasta su índice más alto de los últimos 40 años, el 8,6 por ciento, sobre todo por el encarecimiento de los combustibles, el costo de las materias primas y la mano de obra, así como los desafíos en la cadena de suministro.
Aun así, la Reserva Federal (Fed) prevé que la inflación finalice el año en un 5,2 por ciento, por encima de la proyección de marzo del 4,3.
La Oficina Nacional de Investigación Económica en Estados Unidos define una recesión como un «descenso significativo de la actividad económica que se extiende por toda la economía y dura más de unos meses».
Este proceso podría desencadenar el desplome de la inversión, el consumo y las transacciones, además de provocar cierres de empresas, recortes, pérdidas masivas de empleo e imposibilidad para pagar deudas, detallan expertos.
Las autoridades estiman que el desempleo se situará en el 3,7 por ciento a fines de este año, por encima del 3,5 registrado en marzo pasado.
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