En su intervención ante el Consejo de Seguridad de la ONU, la alta representante ofreció detalles sobre el aumento de la violencia por parte de agrupaciones como el M23 en el este del país, lo cual puede revertir avances en materia de seguridad y estabilidad en la RDC y en toda la región.
Según destacó, el resurgimiento de ese grupo armado tiene “amplias repercusiones” para la seguridad, los derechos humanos y la situación humanitaria en el este del Congo Democrático.
Keita llamó al Consejo a prestar su pleno apoyo a los esfuerzos para calmar las actuales tensiones diplomáticas y de seguridad en esa área, así como contribuir con el trabajo de la Monusco.
Asimismo, instó a la RDC y Ruanda a aprovechar la oportunidad de la próxima cumbre organizada por el presidente Joao Lourenço, de Angola, para resolver diferencias a través del diálogo.
La alta representante de la ONU advirtió que la situación humanitaria en las provincias orientales de la RDC se deteriora cada vez más y el número total de personas desplazadas este año asciende a unas 700 mil.
Mientras tanto, agregó Keita, el aumento de las tensiones regionales coincidió con un alza profundamente preocupante del discurso de odio y la incitación a la violencia.
Desde hace más de dos décadas, el este del territorio del Congo Democrático es azotado por la violencia de agrupaciones armadas, a pesar de las acciones de la misión de Naciones Unidas, que tiene desplegados en ese país unos 13 mil efectivos.
En tanto, entes irregulares como el grupo insurgente M23 persisten en su propósito de controlar extensas demarcaciones en la RDC, ricas en recursos minerales como el oro.
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