El gobernador de Texas, Greg Abbott, confirmó este miércoles que el vehículo no fue inspeccionado por la Patrulla Fronteriza pese a que pasó por dos revisiones.
Además, justificó la falta con el argumento de que la patrulla «no cuenta con los recursos para chequear todos los camiones de carga».
Los migrantes viajaban en condiciones de hacinamiento sin agua, ni comida y sometidos al calor extremo, que en esa zona alcanzó este lunes temperaturas de 39,4 grados Centígrados.
En conferencia de prensa, el republicano dijo que se establecerán controles adicionales en las autopistas del estado.
El fatal incidente reavivó el debate sobre las políticas de la administración demócrata sobre el sistema migratorio y la seguridad fronteriza.
Abbott responsabilizó al presidente Joe Biden por estas muertes, debido a sus “letales políticas de fronteras abiertas», mientras el mandatario dijo que resulta una «vergüenza» el uso de la tragedia con fines políticos.
El suceso se produjo apenas dos semanas después del pacto para contener la migración ilegal firmado en la excluyente IX Cumbre de las Américas celebrada en Los Ángeles, California.
Entre los fallecidos hay al menos 22 son mexicanos y siete guatemaltecos y un grupo del cual se desconoce aún su nacionalidad.
Otros 16 migrantes, de ellos cuatro menores de edad, fueron encontrados con vida en el interior del camión y los trasladaron a tres hospitales de la zona.
Medios locales calificaron a esta como la mayor tragedia de tráfico humano sucedida dentro del territorio de Estados Unidos en décadas.
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