Los pandilleros presuntamente participaron el martes en el asesinato de tres policías, una acción que acrecentó las acciones gubernamentales contra esas organizaciones surgidas, según expertos, en las calles de Los Angeles, California, y que posteriormente se extendieron a varias ciudades de Estados Unidos.
Indicaron las autoridades que los miembros del Barrio 18, facción Sureños (18-S), fueron ubicados en hospedaje en la periferia de Santa Ana, la segunda ciudad más importante del país, a unos 60 kilómetros al oeste de esta capital, donde murieron los policías el pasado martes.
«Cinco fueron los terroristas de la 18-S que asesinaron a nuestros héroes», precisó Bukele en Twitter.
«Uno de ellos fue herido en el enfrentamiento inicial y está en custodia en un hospital. Hoy, nuestra PNC (Policía Nacional Civil) interceptó a los otros cuatro. Uno de ellos fue abatido en el operativo, los otros 3 han sido capturados», explicó.
Mientras tanto, medios de prensa internacionales, como el diario La Opinion, de Los Angeles, presunta cuna de las pandillas, destacan que un cabecilla de la Mara Salvatrucha (MS-13) fue condenado a un total de mil 90 años de cárcel, como parte de la guerra del gobierno salvadoreño.
De acuerdo con la Fiscalía General de la República, César Alfredo Romero Chávez, líder de la MS-13, “es el responsable de 24 casos de homicidio agravado. Los cuerpos de las víctimas fueron enterrados en cementerios clandestinos”.
En el proceso judicial que duró dos meses también fueron condenados otros 93 miembros del grupo, por un total de 54 delitos graves, sostuvo la Fiscalía.
Entre las víctimas de Romero se encuentran dos policías y el hijo de un periodista. Todos los hechos ocurrieron entre 2016 y 2019.
Pese a la alta condena contra el jefe pandillero, el Código Penal de El Salvador establece que la pena máxima de permanencia en la cárcel es de 60 años.
El Congreso de El Salvador, controlado por aliados de Bukele, extendió al menos hasta fines de julio un régimen de excepción que permite detenciones sin orden judicial, lo que es visto como una reacción a 87 asesinatos ocurridos durante un fin de semana al término de marzo, todos atribuidos a actividades de las pandillas. car/lb