La relación con el fallecido, la causa de la muerte o el tiempo transcurrido desde el deceso son factores que pudieran acabar con la vida de alguien con este problema de salud, y el mayor peligro se corre en la primera semana.
Según la revista JACC: Heart Failure, «la asociación entre el duelo y la mortalidad no sólo se observó en los casos de pérdidas debidas a enfermedades cardiovasculares y otras causas naturales, sino también en los casos de muertes no naturales».
Las personas con IC cuando pierden un ser querido en la primera semana tienen un riesgo de morir de un 78 por ciento de manera general, pero si se trata de un hijo es de un 31 por ciento, si es su pareja un 113.
Curiosamente, no corre peligro si pierde al padre, argumentaron los científicos.
El duelo puede activar el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, un importante sistema neuroendocrino que regula el estrés y la respuesta emocional.
También puede desencadenar una reacción en el sistema renina-angiotensina-aldosterona y en el sistema nervioso simpático, que son las principales características de la respuesta neuroendocrina en la IC, precisaron los especialistas.
«Los resultados del estudio pueden exigir una mayor atención por parte de los familiares, amigos y profesionales implicados en los pacientes con insuficiencia cardiaca en duelo, sobre todo en el periodo inmediatamente posterior a la pérdida», sugieren los expertos.
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