Ataviados con camisetas, pancartas y fotos del cadáver exigieron al Gobierno la reanudación de la investigación, paralizada desde hace meses, mientras culparon al primer ministro Ariel Henry por el poco avance de la pesquisa.
“Henry no quiere que se sepa la verdad y nosotros queremos justicia”, dijo a Prensa Latina una manifestante en la avenida de Delmas, en las inmediaciones de la embajada canadiense en Puerto Príncipe.
La protesta recorrió las mismas avenidas en que años antes miles de ciudadanos criticaron la gestión del gobernante, que tuvo un mandato convulso con acusaciones de corrupción, autoritarismo, crisis política y descontento social.
No obstante, ahora, muchos de los que se movilizaron criticaron el deterioro de la situación general, la marcada inseguridad, aumento de los secuestros, recesión económica, ausencia de la justicia y poderío de las pandillas que imposibilitan el libre movimiento.
“El presidente Jovenel Moïse no es el primer jefe de Estado que ellos asesinaron. Es un complot para que estemos así, para que no podamos levantarnos”, dijo a esta agencia otro manifestante con una máscara roja y negra en referencia a la bandera creada por el padre independentista Jean Jacques Dessalines.
Durante el camino se escucharon disparos, mientras los participantes levantaron barricadas de neumáticos en llamas y bloquearon varias arterias.
Se espera que lleguen hasta la otrora residencia presidencial, donde colocarán una ofrenda floral como homenaje al mandatario.
Por su parte, el Gobierno organizó en la mañana un tributo a Moïse, y Henry calificó de barbarismo premeditado el magnicidio.
“En los últimos años experimentamos la violencia en todas sus formas, y la banalización de la vida, un círculo vicioso que nos destruye”, dijo el primer ministro y reiteró su determinación de impulsar, sin tregua, la prosecución de la investigación hasta su desenlace.
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