Desde el pasado 22 de mayo, la nación transita bajo la conducción de un Consejo de Ministros interino y con la presión de designar un gabinete para los próximos tres meses.
Luego de dos reuniones entre el presidente de la República, Michel Aoun, y el primer ministro designado, Najib Miqati, el escepticismo empaña la conformación del gobierno, a la espera de otra reunión para completar las consultas.
El mandatario libanés valoró la propuesta de un Consejo de Ministros de unidad nacional con 30 carteras y grandes beneficios en el manejo de las finanzas y los expedientes económicos, difundieron medios locales.
Al mismo tiempo, Aoun sugirió la presencia de todas las fuerzas políticas en el Consejo de Ministros, incluidos los llamados diputados del cambio o independientes.
Por su parte, Miqati rechazó el principio de rotación en las carteras ministeriales y presentó un gabinete en su mayoría similar al actual, pues el mandato será corto tras el inicio el 1 de septiembre de la disputa por el cargo de presidente de la República.
Ante este escenario, bloques parlamentarios, líderes religiosos, partidos y movimientos políticos exigieron no perder más tiempo y dejar a un lado las disputas individuales y trabajar entre todos por la recuperación del país.
Desde el extranjero, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas también reclamó una integración rápida del gabinete libanés para impulsar las reformas con el Fondo Monetario Internacional.
Según el calendario legislativo, el mandatario Aoun cesará sus funciones el 31 de octubre luego de seis años en el poder y como establece el pacto nacional por la independencia de 1943 este puesto lo ocupará un cristiano maronita.
acl/yma