Según un nuevo balance de ese organismo gubernamental, difundido este martes, los choques armados fueron protagonizados por los grupos Birta o Funj y los Hausa, cuyas raíces étnicas están en Nigeria, pero con asentamientos en este territorio.
Fuentes periodísticas señalaron que el último grupo social realiza ataques contra los Birta en aras de establecer un cacicazgo y reclamar territorios en zonas devastadas por la guerra.
Indicaron también que miembros de los Hausa, otrora también sufrieron ataques y linchamientos a cuenta de sus rivales, los cuales los consideran partidarios del anterior régimen del depuesto presidente, Omar Hassan al-Bashir, quien fue apartado del poder en abril de 2019.
De cara a esa conflictiva situación, el gobernador estadual de Nilo Azul, Ahmed al-Omda Badi, pidió a ambos grupos rivales detener la violencia y aseguró que los crímenes cometidos no quedarán impunes pues los responsables de acciones violentas serán llevados ante la justicia.
Los enfrentamientos entre los grupos étnicos continuaron en el territorio de Nilo Azul pese a que las autoridades impusieron medidas restrictivas para frenar la ola de violencia, entre ellas un toque de queda nocturno y la prohibición de reuniones públicas.
También, en las ciudades de Ed Damazin y El Roseries mandos castrenses desplegaron un elevado número de efectivos militares y policiales.
Analistas consideran que los choques intercomunales, que tienen como trasfondo el control de tierras fértiles para la agricultura o el pastoreo del ganado, se agudizaron en Sudán tras un golpe de estado militar, ocurrido el pasado 25 de octubre.
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