El Boeing 747-300 arribó a esta nación el 6 de junio con 19 tripulantes (14 venezolanos y cinco iraníes) y una carga consistente en piezas para compañías del sector automotor.
La aeronave intentó continuar viaje hacia Uruguay, pero fue denegado su ingreso a ese país y debió regresar al aeropuerto internacional de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires.
Pese a no detectarse irregularidades, el avión permanece en suelo argentino y su caso fue manipulado por grupos opositores que alegaron, incluso, supuestos vínculos de la tripulación con el terrorismo.
Lo anterior fue criticado por el presidente Alberto Fernández y el representante de la Agencia Federal de Inteligencia Agustín Rossi.
Los ocupantes de la aeronave continúan sin poder regresar a sus respectivos países.
oda/gas