Conocida como Ley SSAN, esta norma jurídica fue aprobada por el Parlamento el pasado 14 de mayo, después de un proceso de consulta y participación popular, y la asesoría y respaldo de organismo internacionales como la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La directora jurídica del Ministerio de la Agricultura, Mayra Cruz, explicó en conferencia de prensa que hasta octubre transcurrirá una etapa de preparación de las estrategias para la implementación de esa legislación y su reglamento para su posterior entrada en vigor.
Precisó que de no aprobarse esta norma jurídica no se cumplirían los preceptos legales de la Constitución cubana referentes a los derechos de todo ciudadano a una alimentación segura y nutricional, por lo que se corresponde también con el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
La Ley SSAN define al sistema alimentario local como eje central para alcanzar la soberanía y seguridad alimentarias con la creación a nivel nacional, provincial y municipal de capacidades y estrategias sostenibles y sensibles a la nutrición, además fortalece la autonomía y la descentralización territorial.
En sus artículos hace especial énfasis en la protección del derecho a la alimentación de las personas en situación de vulnerabilidad, y como novedad regula el desperdicio y las perdidas alimentarias en la cadena agroalimentaria.
Asimismo, promueve la movilización de los recursos locales de forma racional y el empleo de la economía circular, en y desde la localidad, además de modalidades de inversión extranjera destinadas a la producción de alimentos que potencien las exportaciones y sustituyan importaciones. También este instrumento jurídico servirá para incentivar la educación alimentaria y nutricional con enfoque agroecológico, sostenible y de formación de valores.
En opinión de especialistas, la Ley SSAN si tiene incidencia en lo que comen y comerán los cubanos, pues respalda el acceso a una alimentación suficiente, diversa, balanceada, nutritiva, inocua y saludable sin depender de los medios e insumos externos con respeto a la diversidad cultural y responsabilidad ambiental.
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