Un comunicado del Ministro de Relaciones Exteriores precisó que el titular de la cartera, Sameh Shoukry, envió una carta al Consejo de Seguridad de la ONU para expresar su rechazo a la postura de Addis Abeba.
En la misiva, Shoukry describió el llenado unilateral como “una clara violación del Acuerdo de Declaración de Principios de 2015 y de las normas aplicables del derecho internacional”.
Hace tres días Etiopía informó a Egipto que continuará el llenado del embalse durante la actual temporada de lluvias, de julio a septiembre.
En la carta, el canciller destacó la postura de El Cairo de buscar una solución negociada al diferendo pero advirtió que su país “no tolerará ningún perjuicio a sus derechos o a su seguridad hídrica”.
Hace una semana el ministro advirtió que dañar los intereses hídricos nacionales provocará tensión internacional y regional.
Alrededor del 85 por ciento de las aguas del río en Egipto fluyen desde las tierras altas de Etiopía a través del Nilo Azul, uno de sus dos grandes afluentes, junto al Blanco.
El Cairo afirma que la obra amenaza su cuota de agua del Nilo, del que depende casi por completo el consumo humano, la agricultura y la industria del país, con más de 103 millones de habitantes.
Considerado uno de los países con mayor escasez del vital líquido en el mundo, Egipto recibe alrededor de 60 mil millones de metros cúbicos al año pero sus necesidades se sitúan en torno a los 114 mil millones de metros cúbicos.
Las autoridades de Addis Abeba consideran la GERD clave para abastecer de energía eléctrica a los más de 110 millones de habitantes de Etiopía e impulsar así el desarrollo socio-económico del país africano.
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