De acuerdo con un artículo publicado por el Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, el presidente de BASE insistió en que antes de prolongar la vida útil de dichas unidades debe realizarse una evaluación que tenga en cuenta no solo su seguridad, sino también la eliminación de los residuos radiactivos.
Ante la actual crisis energética generada por las confrontaciones con Rusia, la nación germana busca alternativas, entre ellas la ampliación del tiempo de empleo de esas plantas generadoras, las cuales estaba previsto fueran desconectadas de la red eléctrica a finales de este año.
Al respecto König alertó que los costes de seguir operándolas serían considerables, y señaló que también sufriría el consenso social que tanto costó alcanzar en torno a estos temas.
Las advertencias del experto llegan en medio de un debate alentado por organizaciones políticas como la Unión Cristiano-social, que buscan sacar provecho de la incertidumbre que vive la ciudadanía de cara al abastecimiento de energía para el próximo invierno.
Figuras significativas, tanto de la Unión como del Partido Democrático Libre, proponen incluso que la prolongación de la vida útil se lleve a cabo por periodos mucho más largos que los meses propuestos para salvar los posibles cuellos de botella de energía.
Sin embargo, el presidente de BASE puso la mirada no solo en las consecuencias de dicha extensión, sino en la urgencia de encontrar un emplazamiento para depositar los residuos nucleares.
Actualmente existe un calendario que establece la toma de decisión sobre ese enclave antes de 2031, para que el almacenamiento pueda comenzar a funcionar en 2050, luego de creadas las condiciones para ello.
No obstante, hasta el momento no ha habido avances en ese propósito, circunstancia advertida en repetidas ocasiones a la firma encargada de la búsqueda del emplazamiento, dijo König, quien declaró que ya no considera realista el objetivo de 2031.
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