Durante una actividad religiosa, el líder de la Resistencia islámica libanesa denunció que la administración estadounidenses ejerce una guerra económica, política y mediática sobre la nación e impide la ayuda y los préstamos.
Nasrallah expresó que Estados Unidos persigue someter cualquier resistencia en Líbano, culparla de estar detrás del hambre con el propósito de ceder en su dignidad y en el interés de beneficiarse del gas y petróleo.
Subrayó que el gobierno norteamericano dilata el mejoramiento de la electricidad y la implementación de las reformas en el país para favorecer al vecino israelí, mientras los libaneses esperan por una solución a la crisis y viven en las tinieblas.
Insistió que los estadounidense mienten al responsabilizar a Hizbulah del agravamiento de las condiciones de vida de los ciudadanos, al tiempo que ratificó la posición unida del estado y la resistencia en la disputa marítima contra Israel.
Sobre este tema, Nasrallah puntualizó que la atmósfera es positiva y el tiempo apremia en alusión a la respuesta del mediador de Estados Unidos Amos Hochstein en la demarcación marítima.
Por otra parte, el secretario general de Hizbulah especificó que los estadounidenses prohibieron a los funcionarios nacionales comprar petróleo, gas y gasolina de Irán, incluso en la moneda del país la libra libanesa.
Lo anterior responde a su oferta de traer combustible de Irán para mejorar el servicio de energía a la población, de solo dos horas diarias de abasto en el presente por el Ministerio y la Compañía de Electricidad.
En sus palabras, Nasrallah ratificó que la Resistencia islámica está del lado de los que buscan una solución, rechazan una guerra civil y trabajan por aliviar el sufrimiento de los libaneses.
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