El permiso de salida del país del 6 al 8 de agosto, requerido por la constitución, fue solicitado por el mandatario con el argumento de la necesidad de desarrollar las relaciones con el país fronterizo y fue rechazado por 67 votos en contra, 42 a favor y seis abstenciones.
En el debate previo, legisladores de derecha y una parte de centro alegaron principalmente que existe el peligro de que Castillo aproveche para huir de las investigaciones por posible corrupción que le abrió la Fiscalía de la Nación.
Otros argumentos señalaron que Castillo debe permanecer en el país para atender ese problema y para recomponer el gabinete ministerial tras la renuncia del primer ministro, Aníbal Torres, aunque el mandatario anunció que mañana tomará juramento al nuevo equipo.
Los legisladores de izquierda y algunos de centro alegaron que Perú debe acreditar a su máximo representante porque la Constitución le asigna la conducción de la política exterior y por la política nacional de integración.
Tras la votación, legisladores de izquierda protestaron a viva voz por la decisión del pleno congresal.
De otro lado, políticos y medios de prensa de extrema derecha especularon con la breve visita del canciller mexicano, Marcelo Ebrard, al mandatario, anoche, y señalaron que habría llegado a coordinar un supuesto asilo, por una supuesta afinidad política entre ambos gobiernos.
“Es una especulación que el presidente busque asilo político, se están creando historias, eso es absolutamente falso”, dijo en forma tajante principal abogado de Castillo, Benji Espinoza.
Según información oficial mexicana, Ebrard inició en Lima una gira suramericana e invitó a Castillo a participar en una cumbre de la Alianza del Pacífico, a realizarse en México en noviembre próximo.
Ambos encabezaron además una reunión con empresarios que acompañan al canciller azteca en la que se acordó incrementar las inversiones mexicanas en Perú e intensificar el comercio y el turismo entre ambas naciones.
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