Unos 100 reservistas fueron llamados ayer a filas para reforzar el aparato castrense en torno al enclave, en tanto se espera la visita a la región del jefe del Estado Mayor del Ejército, Aviv Kohavi.
El lunes en la noche las tropas de Tel Aviv arrestaron al jefe en Cisjordania de la Jihad Islámica, Bassam al Saadi, lo cual provocó manifestaciones y duras condenas de diversos sectores palestinos.
Al Saadi fue detenido en el campamento de refugiados de Jenin, norte de la Ribera Occidental, durante una redada que desató enfrentamientos y causó la muerte de un palestino menor de edad.
Ante la amenazas de represalias, las autoridades de Tel Aviv cerraron repentinamente los cruces de Kerem Shalom y de Erez, en el norte y el sur de Gaza, respectivamente, lo que impidió la entrada a este país de miles de palestinos con permisos de trabajo.
Las Fuerzas Armadas también paralizaron el tráfico de carreteras a lo largo del área cercana a las fronteras con ese territorio, y de trenes entre las ciudades de Ascalón y Sderot. También prohibió a los bañistas acudir a la playa de Zkim.
Yossi Yehoshua, analista militar del diario israelí Yediot Aharonot, sugirió que la prolongación de esas iniciativas es una derrota para el país.
“Detener los trenes y cerrar las carreteras en el sur por un corto tiempo (…) eso es razonable», pero alargar las medidas cuando se enfrenta a un pequeño grupo terrorista en Gaza eso ya es un problema con la disuasión, escribió.
Diversas formaciones palestinas, por su parte, denunciaron el arresto de Al Saadi y prometieron continuar la lucha contra la ocupación.
El ministro israelí de Defensa, Benny Gantz, amenazó con atacar la Franja, donde viven más de dos millones de palestinos, si las milicias palestinas actúan.
Ese territorio fue blanco de una ofensiva israelí en mayo del pasado año que provocó la muerte de más de 250 palestinos y daños por valor de 570 millones de dólares.
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