El Ministerio de Relaciones Exteriores egipcio destacó en un comunicado que el cese de los combates “contribuye a un arreglo integral de la crisis y apoya las iniciativas para una solución política de manera que salvaguarde la unidad de Yemen y su independencia”.
En mayo, Egipto anunció que reanudaba los vuelos directos entre El Cairo y Saná por primera vez en años debido al conflicto.
Las autoridades de esta nación norafricana en reiteradas ocasiones defendieron una solución negociada a la conflagración, iniciada en 2014 tras el alzamiento de los rebeldes hutíes.
El enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Hans Grundberg, anunció el martes último la extensión de la tregua, que comenzó el 2 de abril último entre el Gobierno y la milicia armada.
El nuevo pacto “incluye el compromiso de las partes de intensificar las negociaciones para llegar a un acuerdo ampliado de tregua tan pronto como sea posible”, explicó.
La tregua fue aplaudida por diversos actores internacionales implicados en el conflicto, así como por las numerosas agencias de la ONU y organizaciones humanitarias.
Durante los últimos meses se dieron tímidos pasos para buscar una solución a la guerra, que ya causó al menos 377 mil muertos, de acuerdo con cifras de la ONU.
Según la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, más de 23,4 millones de yemenitas, de una población total de 31 millones, necesitan asistencia.
Más de 19 millones padecen inseguridad alimentaria, 17,8 millones carecen de acceso a agua potable y adecuados servicios de saneamiento, y 21,9 millones no tienen atención médica básica.
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