Al menos 10 mil personas fueron evacuadas en las inmediaciones del epicentro del fuego, situado en las cercanías de Landiras, localidad en la que junto a Teste-de-Buch quedaron destruidas 21 mil hectáreas de pinos a mediados de julio.
Según Éric Brocardi, portavoz de la Federación Nacional de Bomberos de Francia, las llamas continuaban incontrolables este jueves en la mañana, aunque la labor del contingente de uniformados logró contener su progresión.
Desde la noche del martes hasta ayer, el incendio devastó seis mil 200 hectáreas, pero en la madrugada corrieron igual suerte solo 600, precisó.
Autoridades locales informaron ayer la destrucción de 18 viviendas, en un complejo escenario nacional, con fuegos forestales también registrados en los departamentos de Maine y Loira, Jura y Aveyron, aunque de mucha menor magnitud.
Francia vive un panorama favorable para la propagación de los incendios, ante una sequía sin precedentes, que tiene en alerta a los 96 departamentos metropolitanos, elevadas temperaturas y vientos.
En Gironda, Météo France pronosticó para hoy cerca de 40 grados centígrados, como parte de la cuarta ola de calor que azota al país.
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